(LA MUJER Y LA KABALÁ)
Con frecuencia intento calcular cuánto tiempo llevo verdaderamente estudiando kabalá. Si me pusiera exhaustiva en términos de fechas, te diría que ya casi una década, pero si lo siento desde el alma, conectaría con la pregunta… ¿Acaso hubo una vida o un tiempo dentro de ellas en la que no estuviera en conexión con la kabalá?
Lo cierto es que siento a la sabiduría de la kabalá como parte de mi ADN Espiritual, eso no me hace especial ni mucho menos, de hecho creo que todos estamos unidos por ese hilo de plata, aunque es una realidad que no todos lo sintamos así.
Desde que tengo uso de razón, memoria por llamarle de una manera más práctica, y créeme que tengo recuerdos desde los dos años, me hice preguntas existenciales. Eso me llevó a leer libros que otras personas de mi edad no leían y a buscar experiencias en distintas iglesias o templos de diferentes religiones con la intención de encontrar respuestas a mis muchas y frecuentes dudas.
Mis inicios en la kabalá
Cuando formalmente me crucé con la kabalá en el Año 2012 (nada es casualidad) ocurrió lo que ocurre cuando le das un vaso de agua a un peregrino del desierto, me desesperé, quería más y más y lo quería ya, al punto de no poder incluso leer otra cosa que no estuviera relacionado con el tema. Estaba sedienta de verdad y la había encontrado. Debes saber si estás leyendo esto que no quiero que pienses que la verdad tiene un único camino, yo te puedo contar el que yo elegí, o el que a mi me resonó como «mi verdad» tú debes ser capaz de elegir el que resuene contigo. Pero lo que si te puedo decir, es que tienes que buscarlo, porque sino tu alma estará errante hasta que tu mente no enfoque en esa parte. El camino espiritual en nosotros que somos seres de luz viviendo una experiencia física es de impostergable atención en los tiempos que vivimos.
Lo que me encontré en la kabalá
¿Puede una vertiente espiritual darte todas las respuestas? A medida que iba descubriendo más la kabalá, las respuestas a interrogantes de años se manifestaban, y claro, eso me sorprendía. Una cosa que me pasaba con frecuencia, era escuchar una lección o leer un artículo y sentir que algo dentro mío ya lo vivía así, como si lo que escuchaba o leía no fuera nuevo. Definitivamente estaba recordando.
Aunque lo anterior suene revelador y fascinante, en la práctica no creas que fue fácil para mi mente, te confieso que hubo momentos en que creí que iba a enloquecer, como si todas las piezas del puzle se colocaran para que las viera frente a mi y luego yo no sabía como explicar eso. Entenderlo sin palabras, saberlo desde el sentir, vivirlo desde la certeza de que te corresponde esa información. Y así estaba, In-formación de una nueva versión de mi. Ya nunca más volvería a ser la misma.
La mujer y la kabalá
Para la Kabalá, la mujer responde a un estado espiritual más elevado, está por así decirlo corregida. Al saber esto sentí alivio, pero porque no lo había en origen entendido bien. Dado que a lo que apunta realmente esto, es a que nuestro papel en la corrección es más grande para el mundo.
Nosotras las mujeres tenemos un gran propósito como almas femeninas que aplica en la corrección global, en el tikun Olam, esto trasciende incluso la corrección que cada alma tiene que hacer.
«La Cábala asigna a la mujer el papel más importante en el mundo. Es porque el desarrollo principal del mundo es su continuación y la mujer perpetúa las generaciones. Sin ella, el mundo no existiría. ¿Y qué pasa con aquellas mujeres que biológicamente no pueden tener hijos? Ellas ya corrigieron este aspecto y su Tikun tiene otro propósito, si bien tener hijos es una gran corrección, no tenerlos te otorga la oportunidad de centrarte en otros propósitos grandiosos. Si esto ocurre así, es porque es perfecto tal cual es. Una mujer no solo da a luz hijos, sino también ideas, proyectos, negocios, fusiones y grupos que forma para seguir dando luz. Es la vasija que gesta ese ensanchamiento del mundo.
El hombre dada su naturaleza de otorgamiento necesita a la mujer para su corrección porque debe tener a quien dar y la mujer necesita al hombre para aprender a reflejar en ella la energía de maljut, ese reino de la recepción. La mujer debe aprender a recibir. Recuerda cuando leas esto que no hablamos solo de intercambio sexual, este es tan solo un aspecto de un gran espectro de relaciones humanas, que puede o no llegar a darse. La luz y la vasija copulan corrigiendo el mundo en una danza cuántica de intercambio femenino y masculino con frecuencias del dar y del recibir luz.
«… Según la kabalá, el mundo existe en torno a la mujer. Lo que llamamos Maljut es el componente femenino del mundo. Zeir Anpin -su parte masculina- sólo existe para ayudar, apoyar y llenarla de conformidad a los deseos de ella».
La esencia del hombre y la mujer son muy diferentes. Como sabemos por el estudio de la kabalá, representamos dos mundos diferentes. La esencia del hombre proviene del otorgamiento y la esencia de una mujer de la recepción. Por eso es importante entender que ambos tienen ciertamente una parte del otro en ellos y así es como existimos.» Duales energéticamente.
¿Para qué me sirvió todo esto?
Cuando en lo personal comprendí este juego de energía que me enseñó la kabalá, mis manifestaciones en este plano cambiaron, mi vasija receptora se expandió, me sentí merecedora de recibir, mi conocimiento de la ley de atracción y como funciona a través de ese femenino y masculino se hizo práctico y comprendí la dualidad necesaria para la creación, le di un rol a mi alma y puse la mente al servicio de esta, coloqué mis partes rotas y me percibí unida a la luz de la inteligencia divina. Y ahí comenzó la historia que ya conoces.
Hoy en esta percepción que te comparto, elijo subir un nivel de responsabilidad, impartir lo que me funcionó para vivir más feliz, compartir mi práctica espiritual y acompañar en la comprensión e integración de esta. Hoy cuando falta una semana para que comience este grupo hermoso de humanos tan sedientos como yo de respuestas, me decidí a contarte mi historia. Gracias por llegar hasta aquí.